miércoles, 17 de marzo de 2010


Fuente: Milenio.com

Zilencio (I)

Sin pedir audiencia

Carlos Martínez Macías


Ocho periodistas fueron “levantados” en Reynosa entre el 18 de febrero y el 3 de marzo pasado, uno de ellos murió como consecuencia de la tortura, dos fueron liberados y cinco continúan desaparecidos.
Los que fueron dejados libres pertenecían al proyecto de Milenio Televisión y el incidente provocó que la empresa decidiera retirarse de Reynosa ante la falta de garantías para ejercer el periodismo. El reportero asesinado era Jorge Rábago Valdez del grupo Radio Rey quien fue secuestrado el 19 de febrero al salir de una fiesta y abandonado el primero de marzo golpeado y en estado de coma en una carretera de Matamoros. Murió tres días después.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) demandó a las autoridades una respuesta rápida y enérgica para resolver estos casos, rescatar con vida a los secuestrados y de una vez por todas “garantizar la libertad de expresión en México”.
Los episodios recientes de una balacera registrada en Reynosa que fue difundida por las redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube y nunca en los medios locales dan cuenta del terror que se padece en la frontera mexicana para ejercer el oficio periodístico.
La lucha que libra el Cártel del Golfo y los Zetas por el control de la zona, ya no es motivo de cobertura local ante el temor de los reporteros de ser asesinados. Incluso en Internet, ya circula una iniciativa que lleva por nombre “El Cártel de Twitter” en el cual se orienta cómo abrir una cuenta anónima en este sitio e informar sobre movimientos de gente armada para alertar a la ciudadanía a evitar transitar por alguna calle en particular.
Por increíble que parezca, ante la psicosis que se vive en Reynosa por ejemplo, han aparecido mantas donde piden calma a la población y dicen que “no pasa nada estamos para protegerlos, también somos de Tamaulipas”. Las firma el C.D.G. (Cártel del Golfo).
El 8 de enero en el caliente corredor compuesto entre Tamaulipas y Coahuila, fue encontrado muerto de cinco balazos en Saltillo el reportero policiaco Valentín Valdés Espinoza. Tenía un letrero en el pecho que decía: “Esto les va a pasar a los que no entiendan. El mensaje es para todos”.
Al menos en el norte del país, cada vez son más los medios que adoptan la decisión de no tocar el tema del narco. Por salud propia y ante la incapacidad del Estado para garantizar el ejercicio periodístico.
(La próxima semana: Zilencio (II), los Zetas en Jalisco).
martinezmcarlos@hotmail.com

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